Winston Churchill solía decir que “He descubierto que la mejor forma de que una persona adquiera una virtud es adjudicársela”. Y estoy segura de que si algo queremos para nosotros y nuestro equipo es estar bien. Así que vamos a ello.

Lo primero haz algo que te conecte con ese estado mental y emocional que te permite dar lo mejor de ti. Entra en tu zona de flujo como decía el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi. Para ello medita, haz deporte, lee algo que te inspire, lo que sea, ya sea escuchar la canción “September” del grupo Earth, Wind & Fire, para venirte arriba al instante: https://www.youtube.com/watch?v=Gs069dndIYk.

«September» del grupo Earth, Wind & Fire

Liderar un equipo requiere como hemos estado viendo hasta ahora trabajar en aquello que amamos, tomando riesgos sin sentirnos inseguros, encontrando los unos en los otros la confianza necesaria para hacer un trabajo de calidad en tiempo. Teniendo claros nuestros objetivos, roles y planes de acción, tanto personales como de equipo. Pero hay algo más, sí y muy importante, estar convencidos de que el trabajo que realizamos importa.

Verlo va a marcar la diferencia en nuestra actitud. De estar agotado, darte las cosas igual e incluso sentir que no encuentras un sentido a lo que haces, a pasarlo bien en el trabajo, sintiendo que aportas, ayudas y eres importante en tu equipo, hay una diferencia abismal. Es necesario saltar el abismo que hay entre estar quemado y disfrutar.

La actitud nos puede dar el impulso que necesitamos y se puede elegir. Echa un vistazo del libro de Stephen C. Lundin, Fish!: La eficacia de un equipo radica en su capacidad de motivación. Te puede dar ideas para cambiar tu actitud y también la de tu equipo.

Desde luego nunca podemos perder de vista que todos, en cualquier ámbito de nuestra vida lo que queremos es ser felices. Tal David Ben-Shahar, doctor en psicología, nos da algunas claves de cómo lograrlo. Me gustó escucharlo en “Aprendemos Juntos”, del BBVA, te dejo el link https://www.youtube.com/watch?v=qZYtio81LUk. Estoy segura de que igual que en Energía en Red, también en este canal puedes encontrar inspiración para mejorar tu estilo de liderazgo.

Aprendemos Juntos

La felicidad con la debemos conectar no es un opio para atontar a nuestros equipos. Nada de eso, muy al contrario, busca estimular un pensamiento crítico, en el que todos puedan expresar sus argumentos y juntos lleguemos conclusiones razonadas.

A todos nos gusta que nos tengan en cuenta, que se muestre interés por nuestro punto de vista. El líder necesita hacer preguntas a sus colaboradores y escuchar lo que tienen que decir.

Preguntar es clave. Si no preguntas bien, te podrán responder cualquier cosa. Y acabarán con la cabeza caliente y los pies fríos. Trata de formular buenas preguntas, permitiendo que tu interlocutor se pueda conectar con el nivel lógico de pensamiento en el que está la respuesta que esperas.

No es lo mismo preguntar, ¡¿Cómo se te ocurrió hacer eso?!, que preguntar ¿Qué veías en aquel momento?, ¿qué necesitabas?, ¿qué sentías?, ¿cuál era tu intención?, etc. Evita preguntar ¿Por qué? o ¿Cómo?. La persona se va a sentir íntimamente cuestionada y es muy posible que se bloquee y adopte una postura defensiva.

Escuchar las respuestas nos va a requerir estar presentes. Nuestro silencio permite que el otro se sienta cómodo para hablar, le demuestra que le escuchamos. Mirar el móvil, el reloj o distraerte es una interrupción que corta cualquier intimidad, es una falta no sólo de atención sino de respeto. Ten paciencia y empatía. Y toma el consejo de Madre Teresa a un grupo de estudiantes universitarios en EEUU: “Sonrían”.

Por Mª Pilar Paúl Garasa, docente del grado en Psicología de la USJ

mppaul@usj.es